Este carril, sentido Santa Isabel, está pintado de rojo en el tramo reformado de la avenida de Cataluña y ha despertado algunas dudas entre los ciudadanos
Los vecinos de la avenida de Cataluña han estrenado recientemente la reforma, en primera fase, de una vial que, en parte (faltan varios tramos por renovar), ha dejado de ser una carretera y ahora se ha convertido en un calle urbana en condiciones.
Tras una inversión de 4,4 millones de euros y 13 meses de obras, la principal reivindicación (con más de 30 años de recorrido) de los habitantes de la zona era que la avenida fuera más humana e incorporara mobiliario urbano, carril bici, jardines o aparcamientos.
Dicho y hecho: el Ayuntamiento de Zaragoza, en manos del Partido Popular, ejecutó los trabajos en 500 metros de avenida (entre el ferrocarril y la Z30), que siguieron la estela del ya ejecutado en el mandato de Zaragoza en Común, quien ya reformó 350 metros en el tramo norte de la avenida entre el puente del ferrocarril y las primeras viviendas junto a CAF.
Ahora, con los habitantes de esta zona de la capital aragonesa disfrutando del tramo reformado, y a la espera de que arranquen los trabajos de segunda fase en el resto de la avenida hasta el puente del Gállego (que incluyen una ansiada rotonda bajo el puente del tren a Huesca), se ha producido una gran duda: la utilidad del ‘carril rojo’ visible entre la banda de aparcamiento y la zona para que circulen los ciclistas.
La pregunta repetida por muchos vecinos de la zona: ¿qué utilidad tiene el carril rojo instalado junto al carril bici y los aparcamientos?
La duda ha saltado en redes sociales. Algunos ciudadanos han transmitido en grupos de Facebook no saber la utilidad de este carril, e incluso han llegado a preguntarse si era necesario incorporarlo en la reforma de la avenida. Lo cierto es que aporta muchas más cosas positivas que negativas.
Se trata de un «carril accesorio«, denominado «banda de seguridad«, que incrementa notablemente la seguridad de los ciclistas que circulan dirección a Santa Isabel por el tramo reformado de la avenida.
En la actualidad, una de las quejas más repetidas por los ciclistas es que los carriles bici, especialmente los unidireccionales y junto a las aceras, no son del todo seguros al tener obstáculos a ambos lados y producirse situaciones sobrevenidas.
Con este ‘carril rojo‘ se consigue dar un espacio de seguridad, que consigue segregar usos de manera muy eficaz: los ciclistas pueden continuar su marcha de manera más relajada, en un espacio más acotado para ellos, mientras que los usuarios de los vehículos privados que estacionan ahí, al salir a la calle, pueden hacerlo sin toparse con las bicicletas, las cuales no tienen que frenar o sortear obstáculos en marcha.
De hecho, en otros carriles bici de la capital aragonesa, como en el de Camino de Las Torres, es muy común que los usuarios de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) tengan que frenar al encontrarse con inesperadas aperturas de puertas de vehículos por parte de personas que salen de los coches sin observar si vienen bicicletas metros atrás.