El espacio ya está abierto al público, junto al Canal Imperial de Aragón, aunque le quedan varios años de recorrido: así es el segundo Bosque Japonés de Zaragoza
Zaragoza se apunta a la moda de crear Bosques Japoneses. Al situado en el Parque Grande Labordeta e inaugurado la pasada primavera, hay que sumar el situado en el paseo Tierno Galván, en La Paz, y junto a las calle Lucas Mallada y la rotonda de la Villa de Pau.
Aunque los primeros trabajos de plantación se hicieron hace dos años y medio, el Bosque Japonés estuvo cerrado bastantes meses después de que medio centenar de escolares del colegio Virgen de Guadalupe, además de un grupo de voluntarios, pusieran los primeros ejemplares.
Ahora y desde hace pocos meses, el espacio se encuentra abierto para que la ciudadanía y, especialmente, los vecinos del barrio de San José, La Paz y Torrero puedan disfrutar de este espacio al que todavía le quedan varios años de crecimiento. Es punto de encuentro para jóvenes del barrio y, sobre todo, para los dueños de perros, que ven en el espacio un lugar ideal para pasear a los canes.
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El proyecto se creó en el año 2022 bajo la coordinación de la asociación (R) Forest Project, la cual dirige Fernando Ojeda y que es responsable de proyectos de este tipo a lo largo de la geografía española. Así, Ojeda aseguró en ese momento que el método empleado, el Miyakaki, permite que el arbolado crezca diez veces más rápido sin tener que esperar hasta 100 años para ver un bosque frondoso. Es decir, será en el año 2032 cuando, si las condiciones meteorológicas y el civismo lo permiten, se podrá disfrutar del proyecto tal y como se esperaba en 2022.
Estos pequeños bosques, conocidos como ‘Tiny Forest‘, se centran en la creación de zonas forestales en zonas donde la superficie es reducida, promoviendo la competencia entre árboles para que el crecimiento sea más rápido.
Entre los posibles beneficios de este tipo de zonas boscosas destacan un mantenimiento reducido a partir de los tres años de su implantación, la autosuficiencia o un mayor índice de biodiversidad. Ahora tocará ver si el consistorio zaragozano mantendrá esta zona en buen estado durante los próximos ejercicios o, por el contrario, si la dejará abandonada a su suerte.
La creación de este espacio causó un enfado en una parte del distrito, puesto que aquí se deseaba contar con huertos urbanos que dieran servicio a La Paz y a Torrero. La cercanía al Canal Imperial de Aragón hace que sea tierra fértil, por lo que era una de las grandes razones que apoyaban este fallido proyecto. Además, algunos vecinos del entorno consideran actualmente que, además de no atender las peticiones vecinales, este bosque ya se encuentra completamente abandonado.