Todavía se siguen viendo los efectos de la riada del barranco de la Muerte, hace justo un año, cuando una gran corriente pasó por el sureste de Zaragoza
Desde el Cabezo de las Zorras, a pocos kilómetros de Zaragoza y hace justo un año, el 6 de julio de 2023, se generaba una gran corriente de agua que recorrió 7 kilómetros en el término municipal de Zaragoza y arrasó todo lo que se encontraba a su paso.
Las fuertes precipitaciones caídas durante esa tarde (de hasta 55 litros por metro cuadrado en apenas una hora), especialmente en el sur de la ciudad, y con un suelo que estaba «saturado» de agua por las abundantes lluvias de semanas y días atrás, provocaron una riada que se saldó con una persona herida y, afortunadamente, sin víctimas mortales. Eso sí, los daños fueron (y siguen siendo) cuantiosos: solo entre los consistorios de Zaragoza y Cuarte se reclaman al Estado, todavía ahora, cuatro millones de euros.
El barranco de la Muerte cruza los Pinares de Venecia, la trasera de Puerto Venecia y el Cementerio de Zaragoza y pasa a la Z30 por el barrio de Parque Venecia. Durante la tarde del 6J, el agua que llevaba pudo doblar a la que en esos momentos llevaba el Ebro. En apenas dos horas, desde la cabecera del barranco, el agua llegó al entorno de Miraflores Cercanías.
Es una incógnita conocer muchos detalles exactos, ya que al pasar por zonas sin población no existen vídeos ni fotos, salvo de la zona de la Z-30 y el Lidl de Parque Venecia. Sin embargo, las marcas o señales de lo que ocurrió el 6 de julio siguen hoy en día en la parte alta y media del barranco, que lo recorremos un año después.
Así está en la actualidad el barranco generó las inundaciones del barrio de Parque Venecia y el Tercer Cinturón, en Zaragoza
A unos metros de Ikea, en plena estepa, una corriente de agua cruzó los subterráneos de la Z40 y las vías del ferrocarril. Esta corriente venía de los elevados del Cabezo de las Zorras, a 400 metros sobre el nivel del mar y, a medida que el agua buscaba zonas más llanas, iba ganando fuerza gracias a otros pequeños «ríos» procedentes de todos los caminos de alrededor.
Una vez la riada llegó a los dos subterráneos (se pueden ver en la foto de arriba), el agua quedó taponada, hasta que consiguió superar una pequeña elevación bajo el puente de la Z-40. De hecho, se ven las marcas del agua en las paredes del subterráneo, las cuales llegan hasta la cintura.
Después, justo en la trasera del Ikea, se siguen viendo trozos de hormigón y grandes piedras arrastradas desde la cabecera del barranco. También hay vegetación arrancada, lo que da una idea de lo que ocurrió aquí por la tarde.
Ya al sobrepasar Puerto Venecia a la altura de Leroy Merlin nos encontramos con los «ojos«, unas canalizaciones que se encuentran parcialmente taponadas por parte de grandes piedras y escombros de vertidos ilegales. Estas grandes tuberías conectan con la parte del barranco que va en cauce, entre grandes piedras, aunque hay que tener en cuenta que el agua sobrepasó el nivel de las piedras y «rompió» pinar abajo hacia la trasera del Cementerio.
Es la trasera del Cementerio de Torrero la que más ha mejorado, ya que se han arreglado la mayoría de desperfectos. Por ejemplo, los daños afectaron a dos pasarelas de madera, que hoy en día están prácticamente arregladas. Eso sí, hay varias zonas que siguen con vegetación muerta junto a los árboles y algunas basuras varadas desde hace doce meses.
Hacia la zona de Parque Venecia ya no se notan los efectos de la riada, salvo que existe una zona de pinar que quedó con el suelo arrasado. Es aquí donde en el futuro se centrarán los trabajos de prevención, para proteger el colegio María Zambrano, con la creación de un gran cauce que hará que el agua desemboque directamente a la Z30 y no a la zona de viviendas o servicios públicos.