El bar con espíritu de pueblo en pleno centro de Zaragoza seguirá abierto tras la jubilación de su propietario, Luis Navarro, quien ha encontrado relevo tras semanas de incertidumbre
Muchas publicaciones en medios de comunicación (incluso nacionales) y pena en las redes sociales. Fueron las primeras reacciones tras conocerse que el famoso Museo de la Tortilla, junto al Coso y la plaza San Miguel, cerraba al no encontrar a nadie que tomara las riendas del negocio tras la jubilación de su actual propietario.
Hasta el diario El País le dedicó una noticia en su página web el pasado mes de marzo, medio que destacaba que el legendario local de Zaragoza cerraba por jubilación y no había nadie que continuara con la actual tasca.
Sin embargo, el gran templo de las tortillas seguirá adelante, como siempre, en la calle Cadena número 18, tras lograr un relevo generacional que casi se daba por imposible hace pocas semanas. Lo asegura así su dueño, quien respira aliviado de cara a su jubilación.
«El Museo de las Tortillas seguirá abierto: hay relevo», decía Navarro en su página ofician de Facebook
El establecimiento seguirá abierto al encontrar relevo generacional. «Hay relevo!» anunciaba su perfil oficial en la res social Facebook, tras varios meses de incertidumbre y muchos rumores.
Así lo ha confirmaba también Luis Navarro a Soy de Zaragoza, el actual dueño del local, que ahora mira a su jubilación de manera tranquila a sus 70 años. Pudo vender la superficie del negocio, a 200 metros cuadrados, a cualquier promotor privado o fondo, pero no lo hizo.
El establecimiento lleva en funcionamiento desde el año 1988 y, por el momento, le queda una larga vida para que los zaragozanos sigan degustando sus riquísimas tortillas. Ahora, el local sigue abierto y a pleno rendimiento, como siempre, de martes a sábado en horario de tarde, mientras que el domingo y el lunes se cierra por descanso de personal. Así, por sus puertas seguirán entrando familias enteras, parejas y amigos para disfrutar de las creaciones del Museo de la Tortilla.
Cabe destacar que el negocio empezó en otro punto de la ciudad con el nombre de “Mesón de la Tortilla” y luego se llamó tal y lo conocemos hoy en día. Desde entonces, durante los últimos 36 años, no han cambiado su forma de trabajar y se espera que con el cambio de manos siga ofreciendo tapas y raciones de tortillas ricas y a buen precio.