Una de las líneas ha empeorado su servicio notablemente tras la extensión de recorrido y un recorte de expediciones impulsado por el Ayuntamiento
Los barrios de Montecanal y Oliver están hartos del servicio que prestan varias líneas de autobús. Conscientes de los cambios generales que ha experimentado la ciudad y de las protestas de otros distritos, consideran que el servicio que se recibe en ambas zonas de la capital es «bastante malo«.
Hablamos de las quejas que suscitan las líneas 21 (Jesús – Miralbueno) y 41 (Puerta del Carmen – Rosales del Canal) que circulan con frecuencias teóricas de 8 y 9 y 15 y 20 minutos respectivamente en días laborales.
Buses llenos, esperas en las paradas con algún desmayo al exponerse al sol durante el verano o averías en los vehículos son el pan de cada día de estos barrios, que no descartan movilizarse más allá de pedir rúbricas en los barrios.
Las quejas de Montecanal, al detalle
Desde el sur de la ciudad, la asociación de vecinos los Sauces de Montecanal han reclamado al Ayuntamiento de Zaragoza un transporte público «justo« y «de calidad» con una recogida de firmas en el barrio. Consideran un agravio que la línea 41 tenga la frecuencia actual, que es de 15 minutos en las horas puntas, mientras otras líneas que no salen de la periferia pasan cada 6.
«No tenemos nada en contra de, por ejemplo, la línea 35, pero no es justo estar en la parada y ver cuatro buses de la 35 en 10 minutos mientras nosotros tenemos que esperar, en el mejor de los casos, 15 para el 41″, denuncia la presidenta de la asociación de vecinos, Consuelo Andrés.
En el comunicado remitido, la presidenta vecinal reclama un refuerzo de la línea para que circule cada 10 minutos. «Hay tres grandes proyectos en desarrollo en estos momentos que generarán mayor demanda de usuarios: la nueva clínica Quirón, el futuro cuartel de la Guardia Civil y el Bosque de los Zaragozanos», comenta. Además, asegura que en verano, el terminal de Hernán Cortés genera problemas: «queremos poder subir en la parada de bajada, a la sombra y situada enfrente, ya que la actual no puede tener marquesina ni existe arbolado. A 40 grados se han producido varios desmayos al esperar tanto tiempo al autobús al sol«, argumenta.
¿Qué piden los vecinos del barrio Oliver?
En el oeste de la capital, los vecinos del barrio Oliver, a través de la Asociación de Vecinos Oliver – Aragón, también han recogido firmas para denunciar esperas en las paradas de entre 20 y 25 minutos tras la extensión de la línea 21 a Miralbueno y Jesús.
Comentan que el siguiente paso será la entrega de las firmas en la Junta del barrio, e incluso plantearán otro tipo de movilizaciones para hacer presión y solucionar los problemas de movilidad derivados de la extensión de la 21.
Algunos vecinos han denunciado que el bus, incluso en horas valle, llega lleno a las últimas paradas situadas en Antonio Leyva, ya que tras la extensión a Miralbueno «no se cumplen las frecuencias» y se han incorporado más viajeros del barrio vecino que saturan la línea. «Se ha vuelto normal esperar 20 minutos en la parada, sobre todo durante el fin de semana», denuncia una usuaria.
Por último, consideran que el Ayuntamiento tiene que volver a mostrar en los carteles de cada línea y en las paradas el nombre del barrio Oliver para visibilizar el barrio en el resto de la ciudad.
El servicio de la línea 21 se ha recortado en días laborales para «cuadrar» los horarios
Desde que terminaran las Fiestas del Pilar, varias líneas de autobús estrenaron nuevos cuadros de marcha para adecuar los horarios a la realidad de los recorridos que los vehículos realizan por la capital aragonesa.
Una de ellas, la 21, sufrió el mal llamado «ajuste«, un recorte encubierto anunciado por la consejera de Movilidad y Medio Ambiente, Tatiana Gaudes, quien se enfrenta en estos momentos al «caos» dentro de su consejería al no solicitar a tiempo las ayudas de la bonificación impulsada por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible cifradas en 7,4 millones de euros.
Esta línea, que conecta el barrio de Miralbueno y con el de Jesús ha recortado su servicio en días laborales en cinco vueltas completas (diez salidas suprimidas de los terminales a lo largo de la jornada), mientras que los sábados ocurre lo mismo con cinco servicios menos desde ambos extremos, según la comparativa realizada a los cuadros de marcha anteriores y posteriores a los cambios repartidos a los conductores de Avanza.
Unos cambios que han sido una «huida hacia delante» para evitar una huelga entre la plantilla de Avanza, ya que lo único que provocan es un maquillaje de los datos de puntualidad de las líneas, pero que ni mejoran el servicio general a medio plazo ni garantizan agilidad al acumular a más viajeros por trayecto al reducirse las expediciones.
Precisamente, para cumplir con las reivindicaciones y en plena campaña electoral, esta línea extendió su servicio de Oliver a Miralbueno y de Plaza Mozart a Jesús empeorando su frecuencia en 1 minuto. Así, la línea se estiraba como un chicle, sin ser reforzada con los vehículos necesarios para cubrir el nuevo trayecto con la misma frecuencia.