Una sola colilla puede contaminar hasta 100 litros de agua dulce por lo que el Ayuntamiento está instalando las nuevas papeleras (con cenicero)
La capital aragonesa parece decidida a plantar cara a las colillas que se tiran en la vía pública. El 90 % de las papeleras que se instalen durante estas jornadas, y algunas ya se están viendo, especialmente en el centro de la capital, incorporan cenicero.
Tras el impulso de diversas campañas publicitarias (como las de «Zaragoza no es un cenicero») por parte del Área de Servicios Públicos y Movilidad del Ayuntamiento, siempre en colaboración con la contrata de Medio Ambiente, FCC, llega ahora este mobiliario urbano dentro de la nueva contrata.
Para los trabajadores de limpieza en la vía pública, el tabaco dificulta el trabajo que realizan, puesto que al ser tan pequeñas ralentizan la labor de barrido y, por otro lado, suponen un esfuerzo añadido en recogerlas.
¿Cómo y cuánto contamina una colilla?
Cabe recordar que, encuestas recientes realizadas a fumadores, apuntan a que la mitad del tabaco es tirado a la vía pública o entornos naturales. No importa si se está en la ciudad o en un pueblo o área rural.
De hecho, en ciudades como la capital aragonesa también se calcula que el 40 % de los residuos que se arrojan en la calle pertenecen, precisamente, a estas colillas, de ahí tanto la campaña de sensibilización como la apuesta por las papeleras con cenicero.
Estas colillas son arrastradas por el viento o la lluvia hasta los ríos, arroyos u océanos. Así, cuando se degradan en un medio acuático, una colilla puede contaminar hasta 100 litros de agua. Es más, pueden ingresar el acuerpo de forma indirecta a través de la cadena alimentaria y provocar efectos adversos de salud al tener 400 sustancias tóxicas.
La OMS estima que existen 4,5 billones de colillas contaminando aguas dulces y saladas en todo el mundo.